domingo, 28 de agosto de 2011

Mentalismo: dos por el precio de uno

Ya lo decían Astrud: ¡¡Me-en-talismo-o, me-en-talismo!! aunque con ese gran tema (envuelto en violines y trompas) de su segundo álbum se referían a los dèja-vus o sensación de haber estado ya en un lugar desconocido.
Mi fetiche televisivo de la actualidad es El Mentalista, porque además de ir descubriendo poco a poco la historia pasada y presente de los personajes principales, me fascinan las artes de Patrick Jane, el asesor de la Brigada Criminal, para descubrir a los culpables y vacilar con humor a sus compañeros. Me gusta la seguridad que parece tener, su manera educada e insolente a partes iguales de lidiar con la verdad, me fascina su elegancia (¡cómo le quedan los trajes?), sus formas exquisitas, su valentía para decir lo que piensa. Y no porque muchas veces desafíe a los poderosos, sino porque se enfrenta a los instintos más primarios del ser humano y no teme las consecuencias. Hace falta mucha fuerza de espíritu para decirle a alguien que miente, que lo engañan o que juega a ser lo que no es.
Es un extraordinario ladrón de caretas.
Y un gran conocedor del alma humana.
Lo que no sé es si habrá próxima temporada...

Ah, y a propósito de Astrud, aunque ya suene un poco rancio porque es del 2001, el CD Gran Fuerza no tiene desperdicio. Desde el "No intentes cambiarme, échame la culpa", pasando por el ya clásico "La Boda" (No os caséis, no) y terminando en el final truncado de "Mírame a los ojos" ("Lo siento, me he perdido") el disco está lleno de canciones evocables en el día a día en infinidad de ocasiones.

domingo, 21 de febrero de 2010

LCA vs Niña Repelente

Superfetichazo por gentileza de Sara: LCA vs Niña Repelente. Hitazo bailable y "reíble".
http://www.youtube.com/watch?v=WHrKv89m1Ic

lunes, 9 de noviembre de 2009

Ácido sulfúrico

Nuevo fetiche literario para pensar. Se trata de Ácido sulfúrico, de Amélie Nothomb.


Es una novela de argumento sencillo, muy bien montado y con unos personajes que, a pesar de estar dibujados con breves trazos, tienen una hondura psicológica y moral interesante.

Se encuentra en la línea de 1984 o de Un Mundo Feliz. Es una anti-utopía que retrata con dardo certero nuestra sociedad de consumo televisivo en la que todo vale para alcanzar la máxima audiencia.

Muy recomendable.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Las rimas agudas en /i/ o lo nuevo de Dorian. Reseña informal.




Es una tontería, pero.. "todo lo que siento por ti / solo podría decirlo así"... Las nuevas canciones de Dorian suenan bien.
Ojo a esa rima en "iiiiii", o al ritmillo machacón y bailongo de Tormenta de arena ¿Y para qué hablar de la mezcla entre dulzón y amargo? ¿O de la referencia planetera "para viajar a otros planetas / por corrientes circulares / te di una cápsula especial..."
Por fin podemos jubilar a Cualquier otra parte.
¡Viva Dorian! ¡¡Viva el pop!!



viernes, 25 de septiembre de 2009

Maneki neko o el gato japo de la suerte


No os podéis imaginar la compañía que me está haciendo estos días el gato chino de la suerte... Ese kistch y adorable gatito dorado que mueve su pata sin parar (y que hace el ruido de un insistente reloj).

El otro día me lo regaló alguien especial y me hizo una ilusión tremenda porque todos lo hemos visto en el anuncio de mixta jugando a piedra, papel, tijera; pero es que además Murakami lo menciona en Tokio Blues, y nunca memoricé su nombre.

Pero ahora que uno de ellos me acompaña, ya no puedo llamarlo de otra forma que por su nombre japonés.
Aparentemente, en Japón los hay de colores y cada uno protege de algo distinto.

Pego aquí una foto encontrada en la red con todos los colores.

¡Viva el gato de la suerte!!
¡¡Viva maneki neko!!

lunes, 14 de septiembre de 2009

Me gusta la Nocilla


Me gusta la nocilla porque es muy popera.
Me gusta también porque sabe genial.
Me gusta que empalague
y sobre todas las cosas
que esté derretida
y se unte con facilidad.



Es un icono de mi infancia ochentera.
Recuerdo aquel niño con flequillo a tazón.
Imposible olvidar su receta casera
de ingredientes cayendo con una canción.

Con permiso de Fernández Mallo, le voy a dedicar una entrada a su Nocilla experience.

¿Será postpoesía ese intento verbal mío? ¿O será solo un engendro sin gracia ni ciencia alguna?
En cualquier caso, es mi homenaje al brebaje untuoso y a la novela que estoy leyendo estos días.

Aparte del título, que me resulta atractivo por sus resonancias musicales, visuales, estéticas... más que saboríferas, -¡qué curioso!- me parece interesante lo que este autor tiene que decir. El primer gancho ha sido mediático, he de reconocer. En cuanto dos separatas culturales asociaron en su día a Fernández Mallo con "la nueva generación literaria" o lo novedoso en literatura hoy, el autor despertó mi interés. Además, al conocer algunos de sus intereses, fuentes, estímulos, pronto me sentí culturalmente hermanada a él.

Leí Nocilla dream hace unos años y, aunque solo recuerdo su estructura acumulativa, bamboleante; unos zapatos colgados de un cable, un árbol en una carretera abandonada de la América (yanqui) profunda y una referencia a Sr. Chinarro, dejó en mí un poso de interés; si bien remoto. No recuerdo ninguno de los elementos narrativos, salvo esos espacios y la estructura.


Ahora regresa a mí FM a través de Antonio Luque y su faceta de narrador.

(Y ahora, en este preciso instante, llega a mí un fetiche que deseaba: Luna miel, de Gloria Lasso.)

Decía que indagando sobre Socorrismo vuelve FM en forma de blog. Y un súbito interés renace en mí por la repostería juvenil.

Estoy desentrañando Postpoesía, y cómo me pesa no ser mujer de Ciencia... En fin, habré de dedicarle un tiempo más extenso al ensayo. Me resulta cautivador lo que dice, aunque todavía no soy capaz de explicarlo.

Y mucho más placentero tener experiencias con la segunda Nocilla... Ver al enorme Julio en una azotea llena de papeles formulados; asistir al hallazgo de cápsulas ilegales en los apédices de unos personajes; disfrutar la bella visión de una ciudad anegada en la nieve que se sobrevuela a sí misma con zepelines abrigados...

Todavía no he terminado la novela. Ni tampoco el ensayo. Pero ya los consumo como fetiches de un tiempo, el mío, que me habla de mi presente y me permite evocar un pasado que tan atractivo -estético- me resulta.

martes, 28 de julio de 2009

Los Saltagiraolas

Hay una actividad fetichista muy veraniega que disfruto mogollón. Se trata del saltagiraolismo.
Tiene su origen en el verano pasado cuando, después de darlo todo en un concierto de un tal Guille Milkiway, mis amigos y yo nos dejamos caer por Nerja para plantarle cara a las olas que azotaban la orilla.
Estábamos tan entusiasmados cantando "quie-ro-que-me-des-un-chi-cle-cos-mos..." que no nos dimos cuenta de que tomábamos las olas con más garbo del habitual: saltando y a la par dando un giro de 180º... Aquello, aparte de ser muy divertido, nos permitía salvar el embate olístico con mucha más elegancia y circularidad que el resto de mortales ajenos al poperismo...
¡¡Eso sí que es un fetiche!! (y quien quiera, lo puede relacionar con los giralunas de unos tal Sidonie).